Redes sociales y mi ansiedad

Un día sentí el fuerte impulso de cerrar mi cuenta en Facebook. 

A veces creía que estaba huyendo de las personas pero me di cuenta de que escapaba de la presión social que el mundo virtual genera. 

Fotos, estados, amigos... El estatus y la necesidad de compartir constantemente lo que haces y piensas. Me abrumaba y cuando me calmaba, regresaba porque si no tenia redes sociales era una especie de alien viviente.  

Hice lo mismo una y otra vez hasta que hace unos años deje la cuenta enterrada como estaba y pensé... La gente que me importa sabe como contactarme, no necesitan verme todos los días conectada y disponible en una ventana de chat. 

Tengo una ventaja quizás, soy muy solitaria y estar en linea dejo de ser una prioridad. No sufro si no tengo Instagram activo o si Tiktok no me genera especial entusiasmo. 

Estoy bien ahora, lejos de toda esa ansiedad extra que me generaban esas redes. 

Estoy enfocándome en mi crecimiento personal. Leer y escuchar buena música, ver películas y videos entretenidos remplazan las horas que mi dedo se deslizaba por una pantalla simplemente para ver las vidas de otros. Gente desconocida o no tanto, claro. 

Ahora cuando me miran raro por no estar en una red social popular, me da igual. 

No estoy en contra de ellas ni en contra de las personas que las utilizan. Solo he decidido que en mi causa mas daño que un bien.

Digamos que este blog y Youtube son mis fuentes virtuales de entretenimiento ahora. En la primera puedo expresarme y en la segunda, ver específicamente lo que quiero sin terminar en un bucle donde presumir y fingir es tendencia.